"¿Cómo decirte que me gustas?, mírame a los
ojos y veras que no miento"
E.
Era la quinta vez que su
silueta aparecía en mis sueños...
La veía pasar de lunes a viernes a la misma hora 5:00 p.m ella tan
alienada y su ropa tan discordante con
su personalidad no había duda que regalaba una sonrisa a quien la saludaba pero
yo era su persona favorita al menos eso me hacía creer con cada sonrisa que me regalaba en cada clase , parecía que iba a ser todo perfecto porque eramos un complemento ,ese complemento que necesita mi
soledad , la soledad que ella solo sabía , le confesé mi mayor miedo y ella lo acepto , pero todo
cambio cuando él llego y sus sonrisas ya no eran mías , ella no podía enterarse que me gusta y que guardo
una foto en mi casillero esa foto donde cambio toda mi manera de pensar de
ella.
Emelin la insuperable chica
que era el deseo de varios en la especialidad pero ella siempre tan distante y
tan amigable a la ves pero solo con los que ella creía sus "amigos", decía que
los amigos que tenia podía contarlos con las manos y que todavía le sobraban
dedos después de eso soltaba una gran carcajada pero yo sabía que todo esto solo era para
disfrazar aquella soledad que sentía cada noche al acostarse y volvía recordar
a ese amor ingrato que una vez ella amo.Después que él desapareció
junto al amanecer Emelin , no pudo soltar una sonrisa sincera.
5:50 y el timbre de cambio de curso ya había sonado , todos tan apurados para lograr alcanzar una carpeta y no ver la cara del profesor tan cerca ya que el que se quedaba sin asiento tenía que sentarse en el sitio del profesor (créanme nadie quería eso).
Me quede casi como siempre tan idiotizado y no pude llegar tan rápido al otro salón solo quedo un asiento al final del salón, levante la mirada y al costado estaba Emelin .
¡ Por dios la llevaba observando cada año desde que estábamos en el mismo salón ! pero NUNCA PUDE ACERCARME y hoy era el día donde yo podía sentir su perfume , podía verla escribir los apuntes de la clase, podía verla de reojo pero esta ves mas cerca ya no a seis carpetas, los latidos del corazón ya los sentía cerca a la boca.
Y es cuando escuche esa voz chillona, era la del delegado del curso diciendo que el profesor de literatura no vendría por problemas de salud.
Todos apenas escucharon esa noticia salieron corriendo y a la vez que salían iban pisoteando mi corazón y la única oportunidad de sentarme cerca a ella.







