sábado, 8 de noviembre de 2014

DÍa 9 : tengo tu corazón


Confección de Glass :
Sentía tu cuerpo cada noche, aun en la oscuridad tu hermosa silueta se reflejaba en las paredes de aquella vieja habitación y en esta habitación te convertías en toda una fiera salvaje cuando tú y yo jugábamos frente al deseo de nuestros cuerpos. No podía negar tenías una piel deliciosa quería sentir que en ese instante te convertías mía y en mi mundo solo eras tú , me dejaste drogado, idiotizado con tu mirada, no quería que pase los días, las horas ni los minutos porque sabía que apenas el reloj marque aquella hora tu serías de nuevo de él.
No pude evitarlo y otra vez caí en tu aroma de mujer de ciudad y estuve de repente otra vez en aquel viejo boulevard donde nos juntábamos noche tras noche; esta vez decidido que seas solo mía y te quedes para siempre junto a mi, procedí hacer lo que quería, mientras tu gemías de placer y yo hacía lo que quería,creía tocar el paraíso cada vez que acariciaba ese cuerpo que era fuego y deseo, acerque lentamente aquella cuchilla que había dejado en aquella mesa de anoche y procedí a pasar la fría cuchilla por su espalda, sintiendo emanar la tibia sangre de su cuerpo, perfore poco a poco y llegue a los riñones, para eso ella ya gritaba de dolor y en medida yo ardía de deseo; fui por algo más filoso y encontré en mi mochila una sierra que usaba en las clases de carpintería , luego que ella dejo de gritar y ya se había vuelto blanca como la nieve ; yo empecé ayudado de mi sierra a cortar los pies, subía lentamente por el dorso desnudo, los brazos y después de destrozar todas las costillas llegue a su parte más intima y más oscura; sí ; había llegado a sus intestinos, tenía su hígado, páncreas , pulmones y en ese momento donde yo estaba tan concentrado en cortar tan delicadamente parte por parte de la mujer que amé escuche un ruido que apenas se podía diferenciar ese “Pumpum  Pumpum “era aun los latidos de su corazón por fin ese corazón era solamente mío y a la vez que levante la mirada vi aquellos ojos color jade que me veían fijamente como si en el último minuto de su vida, ella hubiera  plasmado ese amor que me tenía en aquellos ojos, guarde receloso la cabeza de mi amada en mi mochila y procedí a retirarme de aquel boulevard, ahora después de una semana aun conservo su cabeza en el refrigerador donde todas las mañanas aun siento esos labios que eran tibios y que conservo con anhelo y pasión.

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